Gracias a mi formación, mi práctica clínica es el resultado de un diálogo constante entre el Psicoanálisis y la Antropología Cultural.

​

El Psicoanálisis, al buscar integrar los niveles colectivo, intersubjetivo e intrapsíquico, ha demostrado ser eficaz en la promoción de transformaciones subjetivas relacionadas con los procesos de desplazamiento.

​

La socialización del ser humano ocurre a través de la incorporación profunda de formas de sentir, pensar y actuar transmitidas por la cultura, contribuyendo a la construcción de un marco simbólico-identitario interno que permite dar sentido a las experiencias vividas. Pertenecer a un grupo que comparte un mismo código cultural es fundamental en la construcción psíquica del sujeto. De ahí la importancia del conocimiento antropológico en la clínica dirigida a personas migrantes.

 

En la experiencia migratoria, el individuo se encuentra con patrones culturales distintos a los propios, lo que provoca una ruptura en ese marco interno. Así, además de las renuncias impuestas por el desplazamiento, la persona migrante debe enfrentarse a la pérdida de referencias internas que le ayudaban a interpretar el mundo y a construir su propia identidad.